3 de febrero de 2010
Yo publiqué, en el último posteo (de hace algún tiempo ya, de cuando me había decidido a volver, pero cuestiones de tiempo lo impidieron) que estaba esperando que llegue alguien... Un alguien con quien compartir mis días, pasar mis noches, reír junto a ella, así como también llorar...
Prestarle un hombro en las malas, esperando que si la situación fuese a la inversa podría contar con esa persona incondicionalmente... Decirle cuánto la amo a cada segundo, y que al escucharlo se le dibuje una sonrisa en esa boca hermosa...
Esperaba que llegue ella, no porque yo estaba cansado de buscar, sino porque en el fondo sabía que más que yo encontrarla a ella, ella me iba a encontrar a mí... Y así fué... Me agarró con la guardia baja, y solamente una mirada bastó para que mi corazón sea suyo... Y honestamente, no creo que haya mejor dueña que ella para cuidarlo...
Son esas cosas del destino que de repente vienen como un tsunami que te tira de espaldas y cuando recobrás el conocimiento pensás que fué lo que pasó... Y al darte cuenta que es ella lo que te pasó, te alegra la vida, la exitencia.
Por esas casualidades de la vida, sé que la indicada ya está conmigo, que la búsqueda no fué en vano, y que ahora empieza mi vida realmente... Porque si yo no hubiese entrado a trabajar donde entré, si no hubiese conocido a su amiga, yo no la conocería a ella, la mujer de mis sueños...
Porque ahora sí, con ella, tengo todo lo que quiero...